Nueva entrega y nuevo mito que tratamos, pero OJO, que esta vez es cierto. Existen personas a las que les huele la orina cuando han comido espárragos, de hecho, nos pasa a todos.
A todos, todos. Y es que al parecer, la clave no se encuentra en a quién le huele la orina o no. Está en quién es capaz de detectarlo. Parece que la genética a alguna gente nos juega una mala pasada y nos hace incapaces de detectar el olor de la orina post-espárragos.
Para qué negarlo, nos encanta hablar de estas cosas en Tres Pies al Gato, sobre todo porque nos permite hablar de mucho más que espárragos y orina. Así que preparaos para una buena bomba de información en menos de 14 minutos, porque ¿cómo hemos descubierto la relación entre la genética y ser incapaz de oler espárragos en tu orina? ¿Le ocurre más a unos tipos de personas que a otras? Hablaremos del el sentido del olfato, de la falta de él, de genética y de por qué estudiar estas cosas no solo no es una tontunada, sino que es muy importante.
En cualquier caso, y de regalo, aprovechamos para hacer algunos comentarios sobre la mala metodología de algunos estudios científicos. Porque cuando las cosas se hacen mal hay que decirlas. No todo va a ser leerle la cartilla a los pseudocientíficos.
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