El deporte tiene los Juegos Olímpicos, el cine los Óscar y la ciencia los premios Nobel. No son necesariamente los premios más relevantes para quien aspira a ellos, pero son sin duda los más mediáticos. No obstante, en el caso de la ciencia existe un primo hermano de los Nobel. Una suerte de “hermano tonto” que primero nos hace reír y luego (presumiblemente) pensar.