En julio de 2017, el puerto israelí de Eliat se vio vestido con cientos de cadáveres de peces. En concreto se trataba de 427, aunque posiblemente se queden cortos debido a lo inaccesible o temporales que sean estos cadáveres. Algunos flotaban entre las olas, otros parecían haber muerto varados en la arena y otros pocos, hundidos en el fondo del mar. No era la primera vez que se producía una muerte masiva de peces, desde luego, pero esta tenía algo diferente.