Se habla mucho sobre el cáncer, y es normal. La palabra en sí misma ha engendrado un símbolo demoníaco para muchos. No importa el tipo de cáncer ni la situación del paciente. Es la palabra lo que más asusta: CÁNCER. Dentro de toda esta confusión uno de los conceptos más confusos puede ser el de “benigno” y “maligno” ¿Cuándo es un tumor benigno o maligno? ¿En qué afecta? ¿Por qué se definen así?
¿Cual es exactamente la diferencia entre un tumor benigno y uno maligno? Tal vez, para responder bien a esto necesitemos hablar sobre qué es un tumor. Explicar que las células están constantemente multiplicándose con mayor o menor tino hasta que de repente: PUM. Una de ellas se equivoca y no hay nadie que la corrija. “Da a luz” a una célula que funciona mal, una célula cancerosa.
Estas células, como cualquier otra, se someten a procesos de selección. Sobrevivirán aquellas capaces de burlar a nuestro sistema inmune, aquellas que puedan extenderse más rápidamente por nuestro cuerpo o cobijarse mejor en nuestros órganos. En resumen, un juego del gato y el ratón contra nuestros medios de defensa que propicia la generación de súper-células.
Células que no envejecen, que son capaces de alterar nuestra fisiología para beneficiarse de ella. Células de un tumor que, según presenten más o menos de estas características podremos llamar benigno o maligno, pero para enterarte bien, deja de leer esto y ponte el podcast.
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