Podemos perdonarlo casi todo, como bien cuenta el famoso bolero “Perdónala” de Les Luthiers. No obstante, en las últimas décadas, un nuevo mandamiento se ha unido a nuestro código ético. Más profundo y absoluto que cualquier otro: NO HARÁS SPOILER. Puede parecer ridículo (y lo es un poco) pero existe una buena razón, posiblemente bioquímica. Y es que disfrutamos la anticipación, la dopamina fluye a tope por nuestros vasos durante esos instantes, y si nos revelan lo que va a pasar, adiós anticipación y adiós placer.
Este monólogo tuvo lugar en el Caixaforum de Zaragoza durante la semifinal de Famelab 2018.